HISPANIA NOVA Revista de Historia Contemporánea Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós ISSN: 1138-7319 DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998 |
RECENSIONES
(2007)
Esta sección, coordinada por Mariano ESTEBAN, está dedicada a reseñar brevemente en cada uno de sus números anuales algunas de las novedades bibliográficas más relevantes aparecidas durante el año en curso y el anterior. Aunque la selección de las obras corre a cargo del Consejo de Redacción de la revista, la sección se encuentra abierta a las sugerencias y aportaciones de los lectores. |
El libro de la profesora de la Universidad de Murcia, Mar Vilar[1], se ocupa de una temática con la que estamos poco familiarizados los historiadores y que, sin embargo, tiene el interés de tratar aspectos culturales de nuestra historia decimonónica de los que no nos solemos ocupar. Dicho esto, es evidente que para los profanos, los que no somos filólogos, hay características de este trabajo que no podemos valorar debidamente. Valga por delante esta advertencia, ya que trataré tan sólo de los aspectos más globales e históricos de este estudio. Escrito en una prosa excelente y clara, el libro no contiene bibliografía, pues se trata de una recopilación de artículos, cuyas abundantes referencias bibliográficas las encontramos en las notas a pie de página, además de intercalar apéndices documentales que demuestran y amplían sus análisis, después de cada capítulo. Las temáticas, al reunir este libro diversos trabajos, las encontramos a veces repetidas a lo largo de sus 7 capítulos. En su prólogo ella misma advierte que “se sabe muy poco de la progresiva introducción del inglés como lengua extranjera en la enseñanza pública y privada española en el mundo contemporáneo”. En el primer capítulo, explica las relaciones epistolares del polígrafo y catedrático español Santiago Usoz y Río y de su hermano Luis -ambos protestantes- con el hispanista Benjamín B.Wiffen, entre 1841 y 1850. Según la autora, esta correspondencia es un testimonio sobre la realidad española de mediados del siglo XIX de un intelectual español progresista y anglófilo, representante del creciente interés de las élites españolas por el pensamiento, literatura y costumbres británicos, lo que no es ajeno al exilio en Inglaterra de los liberales, entre 1823-1833. El epistolario recoge temas tan importantes como la abolición de la esclavitud en las colonias españolas. El propio Santiago Usoz se implicó en el movimiento independentista de la América meridional. Hombre de gran formación humanista, viajó a Inglaterra en 1839, y ocupó más tarde durante muchos años la cátedra de lengua y literatura griegas, primero en la Universidad de Santiago de Compostela y después en la de Salamanca. Como datos relevantes de su biografía, Mar Vilar explica que el empeño de los hermanos Usoz de Río, junto con su amigo Wiffen, residente en Londres, iba dirigido a rescatar del olvido a los clásicos del protestantismo español, al tiempo que hace críticas muy duras al compatriota de éste, G.P.Borrow, el viajero inglés autor de The Bible in Spain, sobre el que no me extiendo ahora, ya que la autora le dedica su segundo capítulo. Críticas que muestran, en palabras de Mar Vilar, que la obra de Borrow ni siquiera tuvo aceptación “en los reducidos círculos progresistas y anglófilos considerados en la época vanguardia de la modernización nacional”. Su hermano Luis Usoz del Río, fue cofundador , junto con Antonio Alcalá Galiano y otros, del Ateneo de Madrid. “Una lectura crítica de The Bible in Spain de George P.Borrow” es, en mi opinión, el capítulo quizás más atractivo de todos , tal vez porque es el personaje mejor conocido. Además de ofrecernos una biografía del ensayista inglés Borrow(1803-1881), comenta el famoso libro que califica como obra autobiográfica, en la que contaba sus aventuras y viajes por España entre 1836 y 1839, año en que fue obligado a abandonar el país.De ateo, se convitió en misionero de la publicística protestante por la sociedad londinense B.F.B.S.(British and Foreign Bible Society). Recorrió durante años la geografía española con sus ayudantes españoles , quienes lanzaban al entrar en los pueblos gritos como “Viva Inglaterra, viva el Evangelio”. Sus protagonistas eran la “España profunda y el ciudadano de a pie”, lo que , según Mar Vilar, “no podía gustar a la minoría ilustrada española del momento que lo sepultó durante un siglo bajo una losa de silencio”, hasta que el libro fue traducido por Manuel Azaña en 1920-21[2].Pero su éxito fue enorme y en 1843 conoció siete ediciones, aparte de ser traducido al alemán, francés y ruso. Además, escribió The Zincali, un estudio sobre los gitanos, libro básico para conocer la comunidad gitana en España en la primera mitad del siglo XIX, y que introdujo al autor en los círculos literarios destacados de Londres, siendo el más notable y divulgado de los manuales ingleses para viajeros publicados sobre España. A Juan Calderón, filólogo que desarrolló su obra sobre la lengua española, en la emigración, durante el segundo tercio del siglo XIX, dedica la autora 4 capítulos[3], de . cuyo contenido doy cuenta globalmente. Perteneció a la Orden franciscana , donde pudo estudiar humanidades, filosofía y teología, pero su evolución intelectual, siendo ya sacerdote, se hizo a partir de las lecturas de los empiristas británicos y enciclopedistas franceses, hasta renegar del catolicismo a partir del Trienio liberal de 1820-1823, teniendo que emigrar al ser denunciado como clérigo secularizado y liberal. Primero estuvo en Francia, donde se convirtió al protestantismo y se casó, hasta que se ordenó en 1830 en Londres como ministro anglicano .Su figura se ha recordado siempre como la del fundador del periodismo protestante en lengua castellana, y, sobre todo, como traductor de la Biblia al español . Fue un gran crítico de la apologética católica y un gran investigador sobre Cervantes. Su gran formación no le permitió desarrollar sus conocimientos, pues tuvo que malvivir en Londres como profesor de español, latín y griego, así como copista de manuscritos de la British Library. Su militancia como agente distribuidor de biblias y folletos al servicio de asociaciones protestantes, le restó tiempo para dedicarse a su producción científica como filólogo e investigador de la lengua española. Publicó dos periódicos protestantes: Catolicismo neto y El Examen Libre, donde criticaba el pensamiento del catalán Balmes. Según la autora[4], este filólogo y helenista que fue Juan Calderón- hoy apenas recordado- “ es probablemente con Jose María Blanco White y José Joaquín de Mora, el más destacable de cuantos heterodoxos vivieron en la emigración en la primera mitad del siglo XIX”. Gracias a la ayuda del acaudalado bibliófilo madrileño, Luis Usoz y Rio ( ya citado más arriba) trabajó sobre la corriente erasmista española y la frustrada implantación de la Reforma en España. Da una visión de la España católica de mediados del siglo XIX que recuerda bastante a la que estaban haciendo los primeros intelectuales krausistas. Su dimensión más importante fue sin embargo la de helenista y estudioso de la Biblia: participó activamente en el equipo de trabajo coordinado por George Norton que vertió el Nuevo Testamento al castellano, directamente de las lenguas orientales. La obra se publicó en 1858, cuatro años después de su muerte. Su otra obra póstuma fue el Cervantes vindicado, publicado en Madrid en 1854, tras la recuperación del manuscrito por Luis Usoz del Río y el hispanista inglés Benjamín B. Wiffen. Su éxito fue enorme , dada la mediocridad existente en la época de los comentaristas del Quijote, según nos comenta la autora. Mar Vilar cierra su libro con un trabajo sobre Pascual de Gayangos (1809-1897), cuyos estudios le convirtieron en prestigioso orientalista y fundador del arabismo español actual. Pero también fue un magnífico bibliófilo, bibliógrafo, bibliotecario, documentalista, arqueólogo, numismático, paleógrafo e historiador e investigador de la lengua y literatura españolas. Pese a ello, subraya, “no ha sido suficientemente estudiada” , y tampoco valorada la destacada contribución al nacimiento y desarrollo del hispanismo en el mundo anglosajón, tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, así como su interesante faceta de traductor. Educado en España y Francia , tuvo una educación fundamentalmente inglesa, ya que la mayor parte de su vida la pasó en Inglaterra, y , en consecuencia , casi toda su obra está escrita en inglés. Estuvo algunos años en España, entre 1833 y 1837, como traductor e intérprete en el Ministerio de Estado, y también fue cofundador del Ateneo de Madrid. En el apartado documental correspondiente a este artículo, se demuestra su trabajo sobre la catalogación de códices, manuscritos y libros raros de la Biblioteca Real, base de la Biblioteca Nacional creada en aquéllos años. Para acabar, mi valoración final es que estamos ante un interesante libro de investigación literaria e histórica, que ha rescatado personajes poco o mal conocidos, y que ha sabido apreciar su interés para nuestro conocimiento del siglo XIX, tanto en el terreno cultural como en el de la historia de las ideas, además de sus aportaciones concretas a la historia del protestantismo y del hispanismo. [1] Murcia, Universidad de Murcia, 2004. La autora es especialista en el tema del estudio del español en los Estados Unidos, sobre el que ha publicado diversos trabajos, como El español, segunda lengua en los Estados Unidos. De su enseñanza como idioma extranjero en Norteamérica al bilingüismo, Murcia, Universidad de Murcia, 2003(segunda edición ampliada). [2] BORROW(1930): La Biblia en España. O viajes, aventuras y prisiones de un inglés en su intento de difundir las Escrituras por la Península. Introducción, notas y traducción de M. Azaña, Madrid, Ed.Jiménez- Hernando [3] “Juan Calderón, un olvidado gramático en Francia e Inglaterra. Su contribución a la enseñanza del español, como lengua extranjera, a mediados del siglo XIX”, pp.91-110; “El nacimiento de la prensa protestante en lengua española. El Dr. Juan Calderón y sus revistas londinenses Catolicismo Neto y El examen Libre(1849-1854)”, pp.111-171; ”Juan Calderón, traductor de la Biblia al español en la Inglaterra victoriana”, pp.173-201, y “ Un manuscrito cervantista rescatado en Inglaterra para su publicación en España en 1854. El Cervantes vindicado del Dr. Juan Calderón”, pp.205-227 [4] Ibídem, p.118 |