VILAR,
Juan B. / EGEA, Pedro María / VILAR, María José (Eds.), La
Mujer en los Movimientos Migratorios Contemporáneos.
Monográfico de la revista Anales de Historia Contemporánea,
nº 24 (marzo 2008), Departamento de Historia Moderna,
Contemporánea y de América, Universidad de Murcia, 509 pp,, por
Irene Castells (Universidad Autónoma de Barcelona).
La revista de la Universidad de Murcia, que se
reseña a continuación, viene publicando en su periodicidad
anual, una serie de temas monográficos; el correspondiente a
este número aparece como Actas de las Jornadas que sobre
esta cuestión se celebraron el 27 y 28 de marzo de 2007. Además
de ello, como es habitual en esta Revista, aparecen una serie de
estudios agrupados en la sección Varia (pp. 253-380);
tres Notas críticas (pp. 383-398); 12 recensiones
(pp. 401-435), y 15 Notas bibliográficas (pp. 439-461).
En las páginas finales (pp. 479-509), se encuentran los sumarios
de todos los números de la revista, un instrumento de gran
utilidad. Hay que destacar asimismo que tanto las recensiones
como las Notas críticas, y en parte, también los Varia,
se ocupan de temas relacionados con el monográfico “La Mujer en
los Movimientos Migratorios contemporáneos”, que constituye el
objeto de este comentario.
Ya se señalaba en el año 2006, en el volumen III de
la Historia de las Mujeres en España y América Latina,
dirigida por Isabel Morant, (capítulo de María Xosé Rodríguez
Galdo,”Mujeres que emigran” ), que “la consideración de las
mujeres como sujetos migratorios ha permanecido al margen
en la mayoría de los estudios de la emigración española” (p.
405). Lo mismo afirma aquí la catedrática de la Universidad de
Salamanca, Josefina Cuesta, autora del artículo dedicado a “Las
mujeres en las emigraciones españolas contemporáneas” (pp.
27-55), cuyo análisis lo hace sobre todo, por falta de fuentes,
a partir de “la gran ola migratoria desde 1882”; desde entonces
hasta los años treinta del siglo XX se sitúa la denominada
emigración en masa, con una proporción de un 70 por ciento de
varones y 29 por ciento de mujeres. Los lugares de destino eran
el extranjero, pero sobre todo, los países iberoamericanos. Se
mencionan las malas condiciones en los países de acogida
(hacinamiento, hambre, falta de higiene) y la pérdida del
potencial productivo en nuestro país por la obligada marcha de
estas mujeres. Empalman con esta emigración económica unos
párrafos dedicados a la emigración política de nuestra Guerra
Civil de 1936-1939, para seguir después con la emigración al
Norte de África, la que se dirigió a Europa a partir de los años
sesenta del siglo XX y la emigración interior del campo a la
ciudad, que se produjo durante el franquismo, y en la que fueron
mayoría las mujeres, contrariamente a las anteriores. Insiste en
que en los movimientos migratorios es fundamental para su
análisis hacer entrar la variable de las relaciones de género,
ya que las redes familiares juegan un papel determinante. Para
terminar, reitera la idea de que “el papel de las mujeres tanto
en la emigración interior como exterior, y especialmente el
retorno desde 1975 a nuestros días, apenas se ha estudiado”.
Nueve gráficos y otras tantas tablas, verifican lo que se
explica en este excelente trabajo.
La profesora Alicia Alted, de la UNED, se ocupa de
“La mujer en el exilio español contemporáneo” (pp. 59-74),
temática también olvidada por la historiografía –recuerda la
autora–. Estudia sobre todo el éxodo masivo de principios de
1939, aunque dedica unas pocas páginas a las “mujeres emigradas
en el siglo XIX”, refiriéndose, claro está, a la emigración
política. Hace un estado de la cuestión que le permite un
recorrido sobre la bibliografía existente sobre el tema, para
subrayar que, en el exilio forzado de nuestra Guerra Civil en
1939, desempeñaron un importante papel las mujeres anónimas,
pese a ser ignoradas, con lo que concluye que, de seguir así,
“estamos construyendo una Historia mutilada”.
Tras estos estudios introductorios, el monográfico
se centra en la situación actual. Tres artículos analizan el
“marco institucional, mujeres e inmigración actual en España”
(pp. 77-103). José Mª Serrano demuestra en diversos gráficos el
aumento de los residentes extranjeros en España durante la
última década, de los que casi la mitad son mujeres, con un
grado de ocupación laboral superior al 40%, similar al de las
españolas. La incorporación masiva de éstas al trabajo ha
requerido la ayuda del trabajo de las inmigrantes para las
tareas del hogar y cuidados familiares, o en el sector
servicios, como la hostelería. La mujer emigrante está
apareciendo como un importante elemento de integración, por su
creciente participación en los enlaces matrimoniales con los
naturales de España. Por su parte, Domingo Jiménez Martín, Laura
Mijares y Ángeles Ramírez, analizan las comunidades musulmanas
en relación con el Estado español y, las dos últimas autoras,
hacen una síntesis sobre el polémico asunto del “pañuelo –el
hiyab– e islamofobia en España”, concretada ésta en las
mujeres y en las jóvenes, dando lugar a lo que se ha
llamado ”islamofabia de género”. Para entender este fenómeno nos
recuerdan que el Islam es, como en otros países europeos, la
segunda religión más importante en España, y que la inmigración
de origen musulmán, fundamentalmente de Marruecos, está
generando un nuevo contexto de rechazo que hunde sus raíces en
una “maurofobia ancestral”. Este interesante y documentado
estudio repasa lo que está sucediendo en España en torno a esta
cuestión, que redescubre el debate de las relaciones desiguales
entre hombres y mujeres y plantea la ambigua actitud de una
opinión pública que no termina de definir claramente si lo que
se discute es una pretendida laicidad o un argumento para
justificar la discriminación de las mujeres musulmanas. O, en
otras palabras, la necesidad de regular el uso del pañuelo en
los centros educativos españoles quizás sea síntoma, para las
firmantes de este trabajo, de una cuestión más profunda: el que
España se haya convertido en receptora de una población
inmigrante entre la que los musulmanes son los principales
representantes de ese “otro” ajeno a una supuesta identidad
cultural española.
Los
últimos artículos del monográfico (pp. 139-250) están destinados
a analizar el problema de la presencia femenina en el colectivo
inmigrante de la Región de Murcia, también en la actualidad.
Una mesa redonda sobre el mismo tema cierra esta serie de
estudios. Constituyen en su conjunto una aportación notoria a un
fenómeno tan importante como es el de la inmigración en general
y de la específica situación de las mujeres en la misma. Entre
otras muchas cuestiones se pasa revista a problemas tan graves y
acuciantes como el notable aumento de la violencia de género en
el colectivo femenino del municipio murciano. Se da cuenta
igualmente de las diversas iniciativas tomadas para atajar esta
situación, por lo que este número de la Revista constituye, en
mi opinión, una importante aportación no sólo para la historia
de las mujeres, sino para la convivencia y progresiva mejora de
la ciudadanía y, por tanto, de nuestra convivencia en una nueva
sociedad enfrentada a los retos del multiculturalismo que la
caracteriza.
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