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HISPANIA NOVA

Revista de Historia Contemporánea

Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós

ISSN: 1138-7319    DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998

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RECENSIONES
(2008)

          Esta sección, coordinada por Mariano ESTEBAN, está dedicada a reseñar brevemente en cada uno de sus números anuales algunas de las novedades bibliográficas más relevantes aparecidas durante el año en curso y el anterior. Aunque la selección de las obras corre a cargo del Consejo de Redacción de la revista, la sección se encuentra abierta a las sugerencias y aportaciones de los lectores.

 

LACALZADA DE MATEO, María José, El Cimiento Mixto en Masonería. El Derecho Humano en España, 1893-1963, Madrid, Fundación María Deraismes, 2007. Por Mariano Esteban de Vega (Universidad de Salamanca).

El debate sobre la integración de las mujeres en las logias masónicas se inició en Francia, a mediados del siglo XIX, en el contexto, por un lado, del definitivo asentamiento de las pautas políticas e intelectuales del liberalismo y, por otro, de la ampliación de los espacios de sociabilidad y de la creciente presencia de las mujeres en la vida pública. Significativamente, esa discusión fue, durante algún tiempo, paralela de otra, secuela del proceso de secularización que vivía la sociedad francesa, que se planteaba la obligatoriedad de que las logias invocasen al “Gran Arquitecto del Universo”: con el trasfondo de la consolidación de la III República, en 1877 la mención a ese Gran Arquitecto Universal dejó de ser obligatoria y pasó a opcional dentro de las logias del Gran Oriente de Francia. En cuanto a la integración de las mujeres, el debate abierto en 1865 se resolvió en 1882 con la entrada de la filósofa Maria Deraismes (1828-1894) en la logia Les Libres Penseurs de Pecq. Se trataba sólo, sin embargo, del primer paso de un proceso relativamente prolongado: Les Libres Penseurs tuvieron que abandonar su propósito de incorporar nuevas mujeres, fue preciso fundar once años más tarde una nueva logia, Le Droit Humain y la Obediencia Masónica Mixta tuvo que esperar bastante tiempo hasta que consiguió su pleno reconocimiento tanto en Francia como, particularmente, en el ámbito anglosajón.

La nueva Obediencia Mixta había nacido, sin embargo, con la voluntad de romper las fronteras de la territorialidad, lo que permitió que muy pronto, ya en 1896, tomara contacto con España. En esos momentos, el panorama masónico finisecular en España se hallaba marcado por el neto predominio del Gran Oriente Español, y fue a esa referencia masónica hacia la que se dirigió Le Droit Humain, aunque sin encontrar en sus dirigentes, en particular en Miguel Morayta, demasiado eco. En otros Orientes, Ritos, Grandes Logias y Supremos Consejos que habían proliferado entonces en España hubo personajes más dispuestos a aceptar el trabajo masónico de las mujeres o, al menos, a entablar un diálogo al respecto, pero estos grupos habían desaparecido al inicio del siglo XX, antes de que hubiese llegado a formalizarse una masonería propiamente femenina o mixta.

“El Derecho Humano” consiguió prender por fin en España poco después de la Primera Guerra Mundial, a partir de 1919, con un núcleo inicialmente masculino que en los años veinte consiguió la integración de algunos elementos femeninos. Sin embargo, las primeras mujeres que se integraron en ella no fueron librepensadoras o militantes del incipiente movimiento feminista español, sino que procedieron del ámbito de la Teosofía y, paradójicamente, estuvieron más influidas por algunos núcleos masónicos ingleses, defensores de una especie de sincretismo religioso, que franceses. En esa época, la Orden Masónica Mixta había desbordado ampliamente su cuna francesa y logrado una extensa implantación internacional, incluida Gran Bretaña. Por su parte, en el caso español, el “Derecho Humano” tuvo que hacerse hueco en las complejas redes de la organización masónica, en la que el Gran Oriente Español había perdido su hegemonía aplastante e incluso sufrió una importante escisión con el nacimiento de las Grandes Logias Regionales, en el que desde 1921 había aparecido una potente Gran Logia Española, y en el que habían surgido también dos Obediencias menores, el Rito Nacional Español y el Gran Oriente de España. El Gran Oriente Español y la Gran Logia Española firmaron inicialmente pactos de reconocimiento con “El Derecho Humano”, aunque esta última lo rescindió en 1927 por diversas razones, entre ellas la presión de su homóloga francesa. Por su parte, el Gran Oriente Español mantuvo siempre con “El Derecho Humano” una actitud de respeto e incluso de ayuda fraternal, y juntos cruzaron la frontera hacia el exilio al término de la Guerra Civil.

De los avatares de estas primeras logias masónicas mixtas en la España del primer tercio del siglo XX, tan estrechamente relacionados con los inicios del proceso de emancipación de las mujeres, da detallada cuenta el libro que reseñamos, excelentemente editado por la Fundación María Deraismes. Su autora, la profesora María José Lacalzada, reputada especialista en distintas materias de la historia social y cultural de la España contemporánea, ofrece en él una nueva muestra de su acreditada competencia profesional.
 

 

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