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HISPANIA NOVA

Revista de Historia Contemporánea

Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós

ISSN: 1138-7319    DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998

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NUMERO 8 (2008)

DOSSIER
 

 


1807-1814: GUERRA, REVOLUCIÓN E INDEPENDENCIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA Y EN LAS COLONIAS AMERICANAS

PRESENTACIÓN *

 

Con frecuencia los historiadores al reconstruir las historias nacionales analizan los procesos bélicos desde unos parámetros muy reducidos que impiden entenderlos e interpretarlos correctamente. Este defecto de enfoque se ha practicado reiteradamente en España durante largo tiempo al analizar la llamada “Guerra de la Independencia” de 1808-1814, viéndola solamente como un conflicto interno donde se encontrarían  todas las claves explicativas de ella.  

Algo se ha avanzado  en este punto durante los últimos años, pues la historiografía hispana ha empezado a estudiar esta temática desde perspectivas globales y más amplias. Orientación que deberíamos seguir también los historiadores de ámbitos autonómicos o de las llamadas “nacionalidades históricas” al plantear los aspectos particulares  o diferenciales.

De ahí que este dossier monográfico intente, como indica su titulo, establecer un marco cronológico más amplio que el tradicional en el tratamiento de la Guerra de la Independencia, desde 1807 a 1814, y también geográfico, pensando en Portugal y en las colonias americanas. No  hay que olvidar  que la primera invasión  de Portugal por parte de las tropas napoleónicas de Junot se produjo en noviembre de 1807 y contó con la participación de tres divisiones españolas comandadas por los generales Taranco, Solano y Caraffa. De manera que los españoles  también fueron por unos meses “invasores” y ocupantes del país vecino.

¿Tiene algún sentido para los historiadores la celebración del Bicentenario de la Guerra Peninsular? Ciertamente las obras  dedicadas  a analizar el desarrollo de esta contienda son numerosas, casi tantas como las que se han dedicado al estudio de  la Guerra Civil de 1936-39, pero todavía hoy podemos rastrear  en los archivos nacionales y extranjeros algunas fuentes inéditas o insuficientemente estudiadas, amén de las memorias y otros documentos de interés que permanecen todavía en el olvido en algunos archivos privados. Rescatarlos y hacerlos públicos  es uno de los objetivos de este dossier.

Además, estamos todavía muy lejos de haber agotado los grandes temas de investigación tradicionales, entre ellos las parcelas militar y política o la biográfica, y menos aún las nuevas orientaciones historiográficas, el campo de la historia social y cultural, la memoria de la guerra, así como los aspectos económicos o demográficos, entre otros muchos más.

Ya pertenecen al pasado aquellos años oscuros en los que las orientaciones al uso atenazaron a la historiografía española encerrada en la recreación de los mitos de esta guerra, convertida en una exaltación patriótica colectiva que solo fomentaba la xenofobia, ocultaba el fenómeno de la revolución liberal así como el enfrentamiento interno entre españoles y desautorizaba de raíz a los afrancesados calificándolos como  “traidores”.

Es momento de profundizar en cuestiones  que son de vital importancia para el conocimiento de este período tan importante  de la  historia peninsular del siglo XIX que representa el inicio de la contemporaneidad frente al Antiguo Régimen. Debemos  proseguir los estudios  demográficos para  poder  valorar los efectos de la guerra en este punto de tanta trascendencia, así como  cuantificar los costos de la guerra a partir de estudios regionales y estimar lo que ello supuso para la población mayoritariamente campesina. El papel de las elites en el conflicto y el de las mujeres son dos temas novedosos que se deben tratar con más detenimiento, lo mismo que el estudio de  las fuentes iconográficas, la vida cotidiana o la cuestión de la información y de la  propaganda.

La celebración  del Bicentenario  de la Guerra Peninsular es una buena ocasión  para debatir de nuevo el tema estrella de la Revolución liberal en España y Portugal y sus efectos en el proceso de independencia de las colonias americanas. De ahí que para su análisis sea válido todavía hoy la óptica utilizada por el liberalismo español, “guerra y revolución”, como señaló en su magna obra Historia del levantamiento, guerra y revolución de España (publicada entre 1835 y 1837) José María Queipo de Llano, conde de Toreno. Los problemas entonces planteados todavía permanecen vigentes en nuestros días, como el propio marco constitucional o la misma expresión política de la nación.

La Guerra Peninsular fue larga y compleja y el carácter popular de la rebelión obligó a nombrar nuevas autoridades en las diferentes regiones que se plasmaron en las Juntas provinciales. Constituida la  Junta Central Suprema el 25 de septiembre de 1808 en Aranjuez, este nuevo organismo tuvo que afrontar el problema de su reconocimiento en Hispanoamérica. Lo mismo  sucedió cuando se creó el Consejo de Regencia en 1810, que emprendió un penoso camino para ser reconocido como autoridad española por los Virreinatos  y Capitanías Generales. Si en 1809 los criollos intentaron formar Juntas de Gobierno autónomas siguiendo el modelo peninsular, en 1810  algunas ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile, Quito, Caracas y Bogotá recurrieron a los Cabildos que sentaron las bases del proceso revolucionario al prescindir de la intermediación de los funcionarios reales y de las instituciones. El resultado fue el fin del imperio continental americano y la aparición de once naciones  independientes a la altura de 1825.

La celebración del Bicentenario sólo tendrá sentido si hacemos progresar el conocimiento histórico, más allá de las celebraciones que se hagan en los distintos países de forma oficial, en ocasiones del todo efímeras al tener claras intencionalidades políticas o simplemente electorales. Los historiadores no debemos permanecer impasibles ante estos eventos. Hemos de rescatar del olvido aquellas  fuentes  y documentos  que pueden esclarecer aspectos insuficientemente tratados y al mismo tiempo introducir nuevas cuestiones de estudio con métodos de análisis modernos y desde la perspectiva actual.

En definitiva, no podemos parcelar el estudio de  esta contienda olvidándonos del marco general europeo y americano. La Guerra de a Independencia forma parte de un conflicto más amplio  que afectó  casi durante un cuarto de siglo a extensas áreas de Europa y de las colonias de los  Estados europeos. Un conflicto, al fin, que por su envergadura y sus efectos constituyó la primera Gran Guerra de la historia contemporánea. Por ello, de una vez por todas, hemos de normalizar la historia de España y Portugal en el ámbito europeo donde  ambas se incluyen.

Este es el propósito y la propuesta de “Hispania Nova”, contribuir a la investigación  empírica  de  la guerra, la revolución  y la independencia en la Península Ibérica  y en las colonias americanas durante el periodo que se extiende entre 1807 y 1814.

Antonio MOLINER PRADA
Universitat Autònoma de Barcelona

COORDINADOR DEL DOSSIER

 

 

 

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