página de inicio de la revista

HISPANIA NOVA

Revista de Historia Contemporánea

Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós

ISSN: 1138-7319    DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998

PORTADA

PRESENTACIÓN

ARTÍCULOS

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

DOSSIER

RECENSIONES

ENLACES

TEXTOS

 

RECENSIONES
(2009)

          Esta sección, coordinada por Mariano ESTEBAN, está dedicada a reseñar brevemente en cada uno de sus números anuales algunas de las novedades bibliográficas más relevantes aparecidas durante el año en curso y el anterior. Aunque la selección de las obras corre a cargo del Consejo de Redacción de la revista, la sección se encuentra abierta a las sugerencias y aportaciones de los lectores.

 

ESPINOSA MAESTRE, Francisco: La primavera del Frente Popular. Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil (marzo-julio de 1936). Barcelona: Crítica, 2007, 433 páginas. Prólogo de Antonio Miguel Bernal, por Sergio Riesco (Universidad Complutense de Madrid)

 

La recuperación del interés por la cuestión de la reforma agraria acometida durante la II República no ha pasado desapercibida tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. En España, tanto el último Congreso de la Asociación de Historia Económica (Vigo, 2006) como el de la Sociedad Española de Historia Agraria (Córdoba, 2008) han tenido una jornada dedicada a estas cuestiones, con varias comunicaciones que tenían como referencia esta temática. Fuera de España, Jacques Maurice ha celebrado muy recientemente lo que ha calificado de “vitalité de l´histoire agraire espagnole”.

¿Cuáles son las razones de este revival de un tema que aparentemente había quedado agotado durante la década de los 80 del pasado siglo? Es evidente que no es una sino varias sobre las que debemos llamar la atención. En primer lugar, se trata de un tema que en gran medida ha vivido condicionado por el enorme peso que la obra pionera de Malefakis supuso tras su publicación en español en 1970. Como es conocido, la hipótesis de aquél trabajo es el fracaso por la falta de atrevimiento del republicanismo de izquierdas para sacar adelante la reforma por la vía del decreto. Durante los 80, diferentes estudios de conflictividad, a menudo desde un enfoque mecanicista de base marxista, parecían dar por sentado que el tema ya había dado de sí lo suficiente. ¿Qué ha pasado entonces? Ya entonces Malefakis anunciaba, hace casi cuatro décadas, que no se podía culminar cualquier visión de conjunto sin recurrir a los prolijos fondos generados por el Instituto de Reforma Agraria. Y, efectivamente, los historiadores se han acercado a tales fuentes, si bien con desigual resultado. Esos fondos, que sin duda deberían formar parte del gran archivo sobre los años 30 que se prepara en Salamanca, son la base documental sobre la que superar ese tópico de fracaso que pesa aún con fuerza en el tema de la reforma.

Se debe añadir el nombre de un historiador, Ricardo Robledo, para justificar el que se haya mantenido vivo en los encuentros científicos antes citados la llama de ese interés. A medio camino entre su dimensión económica (la viabilidad o no de la reforma como solución a los problemas estructurales del campo español) y la sociopolítica (la necesidad de que el republicanismo diera soluciones inaplazables a los colectivos de campesinos más desfavorecidos), la historiografía de la reforma se ha nutrido de esa doble vía de estudio. De este modo han recobrado interés los colectivos más dispares como los yunteros extremeños, los corraliceros navarros, los rabassaires catalanes…pero también las instituciones como los bienes comunales, los arrendamientos o los modos de explotación de las grandes haciendas.

Pero aún existe un eslabón más, que es el que nos lleva directamente al interés de la obra de Francisco Espinosa: la reforma agraria como parte inextricable de la crisis de los años 30 y, por tanto, del fenómeno de la represión contra los beneficiarios de aquélla. En ese sentido, la obra que ahora reseñamos no se puede separar de la trayectoria historiográfica del autor. Parecía ineludible que, fundamentada en La columna de la muerte la brutal represión de la columna Castejón a su paso por Extremadura, los orígenes de tamaña barbarie quedaran explicados de forma fehaciente.

Aún así, esta afirmación se queda bastante corta para explicar el significado de esta obra, versión de la madura tesis doctoral del autor y respaldada sin tapujos por Crítica. Se trata, más bien, de una de las más completas y estrictas monografías sobre la trascendencia de la primavera de 1936 en una región española. Sí, existen innumerables obras regionales sobre la guerra civil que abordan en un apartado de “orígenes” este periodo, pero en este caso se unen de modo inseparable el comienzo del conflicto con una causa en singular: los impedimentos para sacar adelante la reforma agraria.

En una primera parte del trabajo se pasa de puntillas, casi de modo forzado, por los precedentes reformistas en la historia contemporánea. Se advierte cierta incomodidad por parte del autor al tratar esta parte, que aborda, suponemos casi por un compromiso entre lo moral y lo académico. Hay que esperar a que esté bien avanzada la obra para encontrar los auténticos centros de interés del trabajo.

La parte central del libro está dedicada a esa primavera de 1936, con un acontecimiento señero, la invasión de fincas del 25 de marzo, sobre la que Tuñón de Lara llamó la atención hace años. Hasta el reciente estudio de Francisco Cobo, no contábamos con monografías sobre la sección campesina de la Unión General de Trabajadores, la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, pero aquí lo que se nos presenta es un estudio de caso con una referencialidad indiscutible. A partir del cruce de fuentes entre las hemerográficas, sobre todo a través de El obrero de la tierra, y de las municipales, exploradas casi una a una por parte del autor, la gestación de la jornada del 25 de marzo desmiente los grandes tópicos sobre la deriva revolucionaria de los sectores más radicales del campesinado español. El autor acierta en el diagnóstico al explicar el sufrimiento de los dirigentes sindicales campesinos para contener a quienes pedían que la reforma agraria se ejecutara de un modo acelerado y a la vez, profundiza en los esfuerzos de quienes gobernaban (del ministro Ruiz Funes, del Director del Instituto de Reforma Agraria, Adolfo Vázquez Humasqué) para llevar a cabo los asentamientos.

Pero en estas relaciones falta un elemento, al que el autor le dedica el final de la segunda y casi toda la tercera parte: se trata de la patronal agraria y su implicación sin ambages en el golpe de estado como parte de lo que nosotros hemos denominado la “restauración del viejo orden agrario”. Se nos hace inevitable aquí recurrir al prolijo conocimiento que sobre el fenómeno de la represión tiene el autor para enfocarlo como parte de ese plan de exterminio, preestablecido y dinámico, con el que los sublevados contaban y que podemos afirmar que es el gran leit motif de los trabajos de Espinosa. Por eso resultan más interesantes las profundizaciones en la violencia represiva que otros detalles sobre la evolución reformista en las zonas controladas por los republicanos en la provincia de Badajoz. La hipótesis de un mayor grado de violencia en las provincias latifundistas que en las industriales dentro del conjunto de la represión franquista durante la guerra civil son absolutamente sugerentes y merece la pena seguir por esta senda.

Para terminar, en análisis tan exhaustivos como el presente, creemos que no se deben olvidar las causas más básicas. Así, al tratar el fenómeno del 25 de marzo, Espinosa no puede evitar afirmar con sencillez que lo que existía en el campo extremeño tras el invierno de 1936 era “hambre, mucha hambre”. Asimismo, resulta necesario releer el prólogo de Bernal para entender el singular itinerario investigador de Francisco Espinosa. Sin casi intentarlo resulta que, al modo de los buenos best-selleristas, estamos ante una obra que exige ser leída conjunta e inseparablemente a La columna de la muerte. Bernal encuentra un espléndido adjetivo, cachazudo, para calificar la labor de este historiador que, con el subtítulo de este libro (“el origen de la guerra civil”) hace un guiño a Malefakis y cierra, de alguna manera, un círculo en torno al tema.

           

           Notas bibliográficas

     -          Cobo Romero, Francisco (2007): Por la reforma agraria hacia la revolución. El sindicalismo agrario socialista  durante la II República y la Guerra Civil (1930-1939). Granada: Editorial de la Universidad de Granada.

-          Espinosa, Francisco (2003): La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz. Barcelona: Crítica.

-          Maurice, Jacques (2008):  « Vitalité de l´histoire agraire espagnole », Cahiers de civilisation espagnole contemporaine, 2, printemps 2008 (http://ccec.revues.org/document 1653.html

-          Riesco, Sergio (2006): La reforma agraria y los orígenes de la guerra civil (1931-1940). Madrid: Biblioteca Nueva.

-          Robledo, Ricardo (2004): “Discursos sobre la reforma agraria, siglos XIX-XX”, en Congost, Rosa y Ferrer, Llorenç [Editores]: “Homenatge al Dr. Emili Giralt y Raventós”, Estudis d´Historia Agraria, nº 17, Universidad de Barcelona, pp. 789-812.

-          Tuñón de Lara, Manuel (1985): “La cuestión agraria”, en Tres claves de la II República. Madrid: Alianza Editorial, pp. 21-215. 

OTROS NÚMEROS


 

 

PORTADA

PRESENTACIÓN

ARTÍCULOS

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

DOSSIER

RECENSIONES

ENLACES

TEXTOS