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HISPANIA NOVA

Revista de Historia Contemporánea

Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós

ISSN: 1138-7319    DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998

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RECENSIONES
(2009)

          Esta sección, coordinada por Mariano ESTEBAN, está dedicada a reseñar brevemente en cada uno de sus números anuales algunas de las novedades bibliográficas más relevantes aparecidas durante el año en curso y el anterior. Aunque la selección de las obras corre a cargo del Consejo de Redacción de la revista, la sección se encuentra abierta a las sugerencias y aportaciones de los lectores.

 

RILOVA JERICÓ, C., Vida del duque de Mandas (1832-1917), Ed. Kutxa Fundazioa - Fundación Kutxa, San Sebastián, 2008, 459 páginas, por Juan Antonio Gracia Cárcamo (Universidad del País Vasco).

 

Este libro que, en su momento fue tesis doctoral, estudia la intensa y amplia trayectoria vital de Fermín Lasala y Collado, personaje relevante en el País Vasco del siglo XIX pero que tuvo importancia también en la política española; sobre todo, a partir de la Restauración. Por decirlo de una forma simplista, se le conoció como el hombre de Canovas en el País Vasco, dentro de un periodo tan conflictivo en la historia de este territorio como fue el de la abolición foral. La investigación que se comenta viene a deshacer lo inoportuno de ese tópico, estudiando al personaje en varios ámbitos: el de su vida privada (desde el marco familiar al de sus negocios), el de su trayectoria intelectual y el de su acción en la diplomacia española a fines del XIX y comienzos del XX como embajador en Francia e Inglaterra. Eso sí, no se olvida, claro está, su participación en la política vasca y española desde temprana época hasta casi el final de su larga vida.

Uno de los méritos no menores del libro es la numerosa documentación consultada en los fondos del archivo privado de Lasala que éste cedió a su Provincia. Pero, al margen de ello, C. Rilova persiguió las huellas documentales del personaje no sólo en centros documentales guipuzcoanos y de otros territorios vasco-navarros cercanos, sino en los Archivos nacionales españoles, franceses, ingleses y norteamericanos… Quién a partir de ello pudiera pensar, dado este enorme caudal informativo, que se iba a encontrar con una plúmbea disertación, estaría muy equivocado. Carlos Rilova une a su profesión de historiador su pasión por la literatura, no sólo como lector obviamente, sino como autor, lo que se advierte en la amenidad del discurso narrativo, además de una notable capacidad de síntesis.

Al tratar sobre el ambiente familiar del biografiado, se incide en que aumentó la fortuna familiar que su padre había desarrollado, además de seguir su vocación política, bien que aquí superara ampliamente los límites provincianos en que se movió aquel. Una de las virtudes del libro es diferenciar entre “varios” Lasala, desde el joven estudiante de Derecho en Madrid, donde conoció a Antonio Cánovas, hasta el que fuera precoz presidente de la Corporación foral y luego diputado en Madrid hasta el sexenio pasando por la cesura de 1876. A partir de entonces su actividad como senador (incluyendo la vicepresidencia de la Cámara), ministro, embajador, presidente del Consejo de Estado… marcó otra faceta de esa trayectoria que hizo de él uno de los vascos con más influencia en el conjunto de España dentro del siglo XIX. Sin duda, los datos más elementales referentes a esta trayectoria eran conocidos por diversos estudios coetáneos y actuales que C. Rilova cita oportunamente, pero su aportación radica en un estudio exhaustivo de su trayectoria, reseñando los matices de ese itinerario vital, por ejemplo, respecto a negocios en el extranjero que derivan en que su autor le compare con importantes hombres de negocios (como J. P. Morgan, etc.), de manera que en algún caso tuvo relación con alguno de ellos.

Igual sucede respecto con su actividad publicística como ensayista, centrada en el terreno de la Historia Contemporánea de su época, incluyendo la entonces más reciente y en la que él había tomado parte. La novedad de este estudio es que, partiendo de la distinción que se hacía en su época entre la crónica aséptica y la historia filosófica, se intenta mostrar lo novedoso de su forma de historiar los jalones más importantes de la integración en el Estado que atravesó el País Vasco, fundamentalmente desde la Guerra de la Convención, hasta lo que el llamó la “última etapa de la unidad nacional” (refiriéndose a la abolición foral vasca).

Como se puede comprender, es imposible anotar en una breve reseña no ya los fundamentos de un libro tan extenso como éste, sino incluso los rasgos más destacados que se destacan sobre el personaje. En mi opinión, el énfasis que se hace en su acción como ministro y como diplomático representa la mayor novedad frente a una visión tópica de Lasala que a menudo se ha centrado en lo que su trayectoria tuvo de repercusión en el ámbito del País Vasco. Sin duda, su influencia en el proceso de la abolición foral de 1876, e incluso quizá en el llamado a veces en la época “el Fuerito” (sic: por el Concierto económico, aún vigente) fue muy importante. Más probablemente de lo que él intentaba expresar. Su idea de que los fueros vascos se habían perdido por culpa de los carlistas es asunto bien conocido, así como su inquina hacia el nacionalismo vasco, llamado entonces “bizkaitarra”, al que consideraba como una consecuencia de la última guerra carlista.

No es cuestión de aludir de manera simplista a cuestiones que C. Rilova trata muy matizadamente en un libro que admite, al menos, dos lecturas. Una la que se centra en el cuerpo del texto, muy accesible para cualquier lector culto, sin que sea distraído del hilo fundamental del relato. Y otra, más precisa, la que se aporta en numerosas y extensas notas donde los investigadores podrán encontrar pormenores de interés para su trabajo historiográfico.

En fin, la consulta de una no sólo numerosa sino variada  bibliografía añade no sólo rigor sino originalidad al estudio, apreciándose inevitablemente que el autor ya había publicado al menos cinco libros antes de esta investigación, lo que redunda en que se siga de modo atractivo la vida del duque de Mandas, en razón al domino del llamado tópicamente “oficio del historiador”.

No queda más que recomendar su lectura para poder entender aspectos no poco decisivos de la historia del País Vasco (y también de España), no sólo en el siglo XIX, sino también en el XX, a través de una biografía que no se agota en el estudio de un personaje sino que tiene vocación de estudio de su tiempo y de la influencia de éste en el presente. Sólo cabe, para terminar, el anotar que el libro salió a la luz gracias a la iniciativa cultural de la Kutxa (o caja de ahorros) de la provincia guipuzcoana en una muestra más del papel que esta institución ha tenido en el fomento de la actividad cultural e investigadora.

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