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HISPANIA NOVA Revista de Historia Contemporánea Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós ISSN: 1138-7319 DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998 |
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La publicación de una biografía de Don Juan de Borbón dentro de una serie titulada Los Borbones, en la que aparecen junto a la de éste las biografías de los miembros de la dinastía que han ocupado el trono en España, causa cierta extrañeza. Don Juan de Borbón (1913-1993) puede considerarse un testigo privilegiado de la historia española del siglo XX y durante el tiempo que ejerció como titular de los derechos históricos de la Corona (1933-1977) fue el contrapunto de la situación institucional y política que se daba en España: República, guerra civil y dictadura franquista, habiendo sido en esta última etapa en la que la actividad política de Don Juan alcanzó su nivel más alto. No debe dejarse de lado que esta es una biografía política. Teniendo en cuenta estos dos elementos, el segmento temporal que coincide con la dictadura franquista y el análisis de la actividad política de Don Juan de Borbón, se constata la pertinencia del autor, que es un reconocido especialista en la historia del régimen del General Franco. Escribir la biografía de Don Juan de Borbón es sin duda un trabajo atrayente por varias razones: por la complejidad de la vida del personaje que hubo de actuar siempre a contracorriente, tanto durante la República y la guerra civil, a pesar de ser partidario de la rebelión militar y del bando franquista que, por antirrepublicano, se suponía que restauraría la monarquía, como durante la dictadura franquista, en la que primero reclamó sus derechos históricos, después se ofreció para personificar la monarquía tradicional, católica y representativa, tal como rezaba la ley de sucesión de 1947, y por último, para restaurar la monarquía de todos los españoles, asumiendo las aportaciones efectuadas por el régimen franquista a la sociedad española hasta el momento de la transición. Pero en todos estos planteamientos chocó con el proyecto y las obsesiones del General Franco que incluían la voluntad firme de no abandonar en vida ni ceder ápice alguno de poder, no restaurar la monarquía en la persona de Don Juan de Borbón porque, a pesar de sus antecedentes, podía sucumbir a alguna veleidad de tipo liberal o dejarse influir por consejeros que expresaban actitudes de notorio antifranquismo, y la decisión de instaurar una monarquía (del Movimiento Nacional) en la persona de ascendencia real que él designara. Carta que jugó también Don Juan de Borbón desde 1948 al concederle a Franco que su hijo, el entonces príncipe Don Juan Carlos de Borbón, cursara sus estudios y se educara en España, con lo que el futuro de la familia real dependía aún más de la voluntad del dictador. Pero hay otra razón estimulante para escribir esta biografía que se adecua muy bien con la trayectoria profesional del autor: el poner orden y concierto entre la multitud de biografías de Don Juan de Borbón y trabajos en los que se hace referencia a su actividad pública y política. A mi juicio, una de las principales aportaciones de este libro es el apartado titulado "Una historiografía insolvente" (pp. 29-40), en donde se informa al lector y se trata "del estado de los estudios históricos acerca del personaje biografiado". El autor opta por aplicar un criterio cronológico y relacionar la producción historiográfica con la coyuntura política del momento. De esta forma clasifica y analiza las biografías y trabajos referidos a Don Juan de Borbón desde la perspectiva de su relación con el General Franco hasta 1975; desde 1977 hasta 1993 la historiografía "juanista" intentó precisar el significado histórico del personaje; y a partir de la última fecha se han realizado trabajos con perspectivas más amplias, aunque en algún caso no exentos de todos los prejuicios que estuvieron activos durante el franquismo. Representativas de esta última etapa son las biografías escritas por Rafael Borrás (1996) y Ricardo de la Cierva (1997). Como resultado del intenso trabajo de lectura y reflexión efectuado sobre la trayectoria de Don Juan de Borbón (ciento veintiocho libros citados), el autor concluye: "la biografía política de Don Juan está excesivamente llena de periodismo y hagiografía, descalificaciones y parangones con otras figuras, y bastante huérfana de reflexión documentada y profesional. Pocas figuras y actuaciones están más falseadas y oscurecidas, voluntariamente trastocadas por los intereses de los comentaristas y por las presiones ideológicas de cada momento" (p. 39). Pero bajo la producción historiográfica sobre Don Juan de Borbón subyace el problema de las fuentes documentales. Don Juan de Borbón, a pesar de su relevancia personal y de su significado histórico, no ocupó nunca un puesto de representación o de gestión pública; por lo que no ha de extrañar que no exista un archivo o un fondo documental público sobre su persona y trayectoria política. Esto no impide la existencia de archivos o fondos privados o la existencia de documentación sobre nuestro personaje en fondos públicos, como la que puede hallarse entre los "papeles de Franco", vedados a los historiadores por la Fundación Francisco Franco. Mucha de la documentación que existe en los archivos privados sobre Don Juan de Borbón o atribuida a él ha sido publicada ya, y el autor de esta biografía política la ha releído y analizado minuciosamente para establecer o justificar las ideas conductoras de esta obra. Como consecuencia de este trabajo previo, Julio Aróstegui afirma: "Por muy paradójico que el aserto pueda resultar, lo cierto es que la historia de Don Juan de Borbón es mucho más una historia privada que pública y, en muchos sentidos, es mucho más una historia conspiratoria... que événementielle. Mucho más de intenciones que de hechos culminados, más de propósitos que de acciones" (p. 39), con lo que en buena medida delimita el marco dentro del cual observará la trayectoria biográfica de Don Juan de Borbón. El autor de esta obra se ha servido de una serie de ideas a modo de instrumentos para elaborar la biografía de Don Juan de Borbón. En primer lugar, la del tercer exilio de la dinastía reinante, el que comenzó en 1931 y terminó en 1977, que presenta unas características políticas e históricas distintas a las de los dos anteriores, los sufridos por Fernando VII e Isabel II. El tercer exilio fue el más duradero (cuarenta y cuatro años) pero desde 1947 se mantuvieron las paradojas de que el Estado español, bajo el poder del General Franco, se definiera como una monarquía, sin rey ni regente, que el dictador reconociera a Don Juan de Borbón como titular de los derechos históricos a la Corona española, que al mismo tiempo impusiera que Don Juan Carlos de Borbón cursara sus estudios en España bajo su vigilancia, y que a la vez se otorgara el privilegio de designar a su sucesor a título de Rey. Pero para mayor confusionismo muchos de los asesores y consejeros de Don Juan de Borbón compartían los planteamientos del General Franco. En segundo lugar, Julio Aróstegui utiliza la idea de estrategias restauradoras para analizar la actividad política de Don Juan desde 1941 hasta 1977, que divide en tres fases: la comprendida entre 1941 y 1947, que titula la confrontación, durante la cual Don Juan de Borbón reivindica sus derechos ante la instauración por Franco de una dictadura vitalicia; la que se extiende desde 1948 hasta 1968, titulada la conciliación, en la que Don Juan de Borbón se somete a las exigencias impuestas por Franco, lo que no supone que las relaciones fueran cordiales tanto para tratar de los derechos históricos de Don Juan como de los estudios de su hijo; y finalmente, la que va desde 1969 hasta 1977, que titula la marginación, y que comienza con la designación de Don Juan Carlos de Borbón como sucesor del General Franco en la Jefatura del Estado a título de Rey y termina con la renuncia de Don Juan de Borbón a sus derechos históricos a favor de su hijo, el Rey. A pesar de tratarse de una biografía política, en esta obra el autor permite en ocasiones que aflore la vida del personaje y de su medio familiar y social, su espontaneidad en el trato y en las expresiones, sus contradicciones tanto las ideológicas como de sus actitudes y actuaciones, las carencias de su formación (él mismo confesará repetidas veces que no había sido educado "como príncipe"), la influencia ejercida por Dª María de Borbón, etc. Aspectos que completan y dan otra perspectiva a la actividad política de Don Juan de Borbón. Por todo ello considero que esta biografía política debe ser tenida como obra de referencia en la historiografía sobre Don Juan de Borbón.
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