HISPANIA NOVA Revista de Historia Contemporánea
Fundada por Ángel Martínez de Velasco
Farinós
ISSN:
1138-7319 DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998
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ENLACES
En esta sección de la revista figura un amplio número de direcciones, comentadas, clasificadas y ordenadas, de lugares de interés para la historia moderna y contemporánea. No pretenden recoger de manera exhaustiva todo cuanto hay en la red sobre el tema, que es mucho y desigual, sino ofrecer una selección lo suficientemente amplia y representativa como para poder constituir un buen Directorio de Historia que facilite la búsqueda de la información pertinente. Aunque esta selección quiere ser válida para cualquier internauta que se acerque a ella independientemente de su lengua y área geográfica, ha cuidado en especial el ámbito español e hispanoamericano y las webs publicadas en los idiomas propios de este ámbito así como el tramo cronológico que abarca desde el final del siglo XVIII hasta la época actual. La presente relación de enlaces ha sido revisada, corregida, actualizada y ampliada con fecha de octubre de 2009. En algunos pocos casos, cuando la información de un lugar interesaba por igual a diversos ámbitos, se ha ubicado el enlace correspondiente en cada uno de ellos.
Antes de empezar La red ha crecido en pocos años hasta convertirse en un espacio inmenso en el que la propia amplitud, la ausencia de filtros de calidad previos a la publicación y la escasez de guías que seleccionen y valoren los materiales que contiene dificultan la tarea de localización de la información e impiden discernir entre lo útil y lo superfluo. El usuario de Internet se expone a la frustración cuando quiere encontrar pronta y válida información sobre cualquier personaje o acontecimiento histórico, a pesar de la existencia de veloces y sencillos buscadores. Por eso, y a pesar de los avances de los instrumentos de búsqueda automatizada y de los esfuerzos por conseguir un catálogo universal por materias, para que el uso de Internet resulte fructífero conviene disponer de instrumentos más eficaces que, a modo de detallados mapas de navegación de un área determinada, nos ayuden a no perdernos por la red. Existen algunos directorios de historia con estas pretensiones, tanto en inglés como, en mucha menor medida, en español. Buena parte de ellos han sido incluidos en la sección Directorios generales de historia de la presente relación de enlaces. Con mayor o menor fortuna, cumplen con esta misión orientativa. Este directorio o colección de enlaces quiere contribuir a la tarea de cartografiado de las regiones de historia moderna y, preferentemente, contemporánea, a sabiendas de que el escenario que intenta retratar experimenta con el paso del tiempo variaciones debidas a la volatilidad de la red: cambios en los contenidos y, peor aún, en el emplazamiento y en la existencia misma de las páginas situadas en la red. Las direcciones que aquí se presentan comentadas y ordenadas se han escogido en función de la amplitud, calidad y adecuación de los materiales que incluyen. La red no puede plantearse, al menos por ahora, como sustituto del material docente tradicional, sino como complemento que enriquezca y facilite la comprensión de aquél, pese al incremento del número de lugares creados con criterios pedagógicos y material abundante y de calidad que de en año en año se viene observando. Tampoco evita a los profesionales de la historia prescindir de momento de archivos y bibliotecas, sus habituales instrumentos de trabajo e investigación, pero facilita bastante su labor al poner a su disposición bases de datos con materiales bibliográficos y documentales y otros repertorios que de forma creciente permiten la consulta en línea de ingentes cantidades de información (libros, revistas y documentos digitalizados) clasificada según criterios flexibles. En este terreno se están produciendo avances espectaculares en la cuantía y calidad de los fondos digitalizados y en la capacidad de extracción de información de estos fondos. Basta con acceder a algunas de las secciones de este directorio (Libros digitales y Bases de datos) para comprobar la importancia de la digitalización de libros y archivos y la cada vez mayor versatilidad con que responden a los requerimientos de quienes usan estos recursos. Por desgracia, no siempre la consulta de estos materiales se ofrece de manera abierta y gratuita. Los espacios específicos del buscador Google dedicados a documentos académicos (Académico) y a libros (Búsqueda de libros) son, a un tiempo, esperanzadores y decepcionantes. Ofrecen unos resultados espectaculares por sus dimensiones, pero los libros que pueden consultarse son únicamente libros antiguos sobre los que ya no existe copyright o, en algunos casos, descatalogados –una estadística que ya está desfasada situaba en un millón los libros consultables sin ninguna restricción y descargables en formato pdf, mientras otro millón podía verse parcialmente, sobre un total de siete millones escaneados– y para acceder a algunas de las más ricas bases de datos se precisa con frecuencia ser miembro de la institución académica que las alberga o que está suscrita a ellas o, de lo contrario, registrarse como usuario y pagar por la consulta y descarga de información. Es lo que, por ejemplo, ocurre con las cada vez más completas colecciones de revistas académicas digitalizadas, controladas por empresas que procuran rentabilizar el esfuerzo económico que les supone el escaneado, procesamiento y gestión de este material. O con bibliotecas virtuales que empresas como Questia ofrecen mediante pago a quien las precise. La situación resultante de este estado de cosas, vista desde la perspectiva de un integrante de una importante universidad española, se describe en El archivo y la biblioteca en casa: las bases de datos de historia y cómo acceder a ellas. Varios años después el panorama sigue siendo válido. Es de temer que, en otros centros menos dotados del país, en países con menores recursos y entre particulares no adscritos a instituciones académicas, se vayan levantando barreras que hagan en buena medida ilusoria la promesa de un libre acceso a la información que en su origen parecía ofrecer Internet. Y son de lamentar el insuficiente interés y la falta de coordinación en este campo de la política cultural española y de la Unión europea: direcciones en cambio constante –una plaga que afecta a muchas de las webs institucionales de este país–, acceso reservado a los recursos digitalizados de un país para sus ciudadanos, como si a ciertos efectos no existiese una ciudadanía europea común –una mala práctica habitual en el Reino Unido–, proyectos anunciados que no se concretan o se dilatan eternamente, como la creación de una Biblioteca digital europea, de la que Europeana es, por ahora, un remedo tardío y frustrante.
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Esteban Canales. Octubre 2009