HISPANIA NOVA Revista de Historia Contemporánea Fundada por Ángel Martínez de Velasco
Farinós
ISSN:
1138-7319 DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998
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RECENSIONES
(2005)
Esta sección, coordinada por Mariano ESTEBAN, está dedicada a reseñar brevemente en cada uno de sus números anuales algunas de las novedades bibliográficas más relevantes aparecidas durante el año en curso y el anterior. Aunque la selección de las obras corre a cargo del Consejo de Redacción de la revista, la sección se encuentra abierta a las sugerencias y aportaciones de los lectores. |
LUIS ESPAÑOL VOUCHÉ,
Madrid
1939. Del Golpe de Casado al final de la Guerra Civil, Madrid, Almena,
2004, 278 pgs., por Carlos E. Hernández (Universidad de
Salamanca)
En su libro Madrid 1939, el ensayista Luis Español Bouché nos
presenta su particular visión de los acontecimientos ocurridos entre
los distintos grupos que mantuvieron su adscripción republicana
durante los últimos meses de la Guerra Civil española. Como el propio
autor explicita en la introducción, el libro pretende dar respuesta a
distintas preguntas relacionadas con la transición de la “España
roja” a la “España azul” en los primeros meses de 1939. Y
dice esto tras justificar la necesidad de la obra en la actualidad del
debate sobre la Guerra Civil, que a su juicio “no ha sido
debidamente enterrado” (p. 14). La obra de Español Bouché es más
calificable de ensayo histórico que de historiografía propiamente
dicha, especialmente por el tratamiento de aspectos formales, que a la
vez son fundamentales en el desarrollo del “oficio” del historiador,
como la crítica y uso de las fuentes y la estructura del propio texto,
todos ellos elementos de fundamental importancia.
Respecto a las fuentes, el Sr. Español Bouché rompe con el
principio básico de la crítica documental al no declarar, de entrada,
la igualdad entre las fuentes consultadas y basar en su cotejo y
verificación la posterior “clasificación” de las mismas. Bien al
contrario, plantea un implícito “principio de autoridad” en el uso de
la documentación, que se va explicitando en los comentarios que
acompañan la posterior presentación de los distintos documentos. La
cúspide de esta jerarquía documental la ocuparía Julián Marías,
seguido de aquellos que se posicionaron del lado del Consejo Nacional
de Defensa, especialmente el Coronel Casado y Julián Besteiro. Esto es
más preocupante, cuando el propio autor reconoce que la mayoría de las
fuentes primarias empleadas han sido recogidas de forma indirecta, a
través de las distintas obras históricas que estudian el período (p.
20). Además, las pocas fuentes directas realmente compiladas por
Español Bouché (dentro de la que destacan las listas de ceses y
nombramientos del final del Gobierno Negrín publicadas en la Gaceta
Republicana del 25 de febrero y 1 de marzo de 1939, el Diario Oficial
del Ministerio de Guerra de 3 y 4 de marzo de 1939 y los “supuestos”
nombramientos que iban a ser publicados en la Gaceta Republicana del 6
de marzo de 1936), están mal presentadas y no son lo suficientemente
“aprovechadas”: falta una presentación estructurada de las mismas, así
como una explicación más profunda de su significado dentro del
contexto político concreto de un bando republicano, en pleno proceso
de derrota.
Pero quizá más importante aún que las deficiencias en el
tratamiento de las fuentes documentales, sean aquellas derivadas de la
estructura del propio texto. Después de una breve introducción que
presenta distintos apartados de una forma desestructurada, comienza un
primer grupo de capítulos que podrían constituir una primera parte del
trabajo relacionada con los últimos meses de la Guerra. Así, en el
primer capítulo titulado “No fue posible la paz” (pp. 25-36), se
analiza la compleja situación de la república tras la caída de
Barcelona en enero de 1939. Se analiza también la evolución del
contexto internacional desde 1929 hasta el reconocimiento del Gobierno
de Franco por Francia e Inglaterra (febrero de 1939), así como las
intenciones políticas y militares de Franco, que hacían imposible la
paz, y segura la derrota y la represión. Pero todo esto se hace a
salto de mata, pasando de un tema a otro sin presentar un hilo
argumental sólido, sino más bien planteando los datos y temas ad
hoc, con ánimo de justificar argumentos previos del autor.
En el segundo capítulo (pp. 37-48), como explicita su
título, se analiza “El desastre militar y diplomático de los
republicanos: enero-febrero de 1939”, presentando una cronología sobre
la crisis institucional con la que finaliza su existencia el Estado
republicano dentro del territorio español, desde las cortes de
Figueras el 1 de febrero de 1939, hasta el principio del
enfrentamiento Casado-Negrín el último día de aquel mes. El tercer
capítulo “Marzo. El golpe contra Negrín: nace el Consejo Nacional de
Defensa” (pp. 49-70) sigue la presentación cronológica de los
acontecimientos entre el 1 de marzo y el 1 de abril de 1939. Tras
presentar la cronología de los acontecimientos, en el cuarto capítulo
“El papel del Consejo Nacional de Defensa” (pp. 71-152) se analizan
las decisiones de Casado y sus hombres en el auto de terminación del
Estado republicano desde el Golpe de Estado contra Negrín (la noche
del 5 al 6 de marzo), hasta la toma final del puerto de Alicante (día
29 de marzo).
En su análisis, Español Bouché explica las
operaciones militares con la que se inicia la andadura del Consejo, y
que constituyeron un golpe de fuerza con el que derribar al Gobierno
Negrín, acusado de estar entregando todo el poder al PCE. El golpe de
Casado tuvo que enfrentar la resistencia de las milicias comunistas,
contando con el apoyo de los militares profesionales y las milicias de
la CNT del ejército republicano en Madrid. Pero en la lucha por
derrocar a Negrín, el Consejo perdió la flota de Cartagena (que huyó a
Argel), los últimos aviones que le quedaban a la república (utilizados
por los negrinistas y comunistas en su huída) y gran parte de los
fondos financieros del Gobierno, que siguen en poder de Negrín. Todo
esto ocurría en medio de una crisis institucional total, iniciada con
la dimisión de Azaña como Presidente de la República en febrero, que
se agravaba con el debilitamiento de los frentes que provocó la lucha
entre negrinistas y casadistas. En este contexto, la apertura de los
frentes y la entrega de Madrid el 27 de marzo, a la que siguió la
caída de Alicante el día 29, supuso el momento en el que acabaron
realmente las operaciones militares.
Se prosigue con una valoración del papel
del Consejo, que bien podría definirse de loa. Así, la actitud de
Julián Marías, Julián Besteiro y Cipriano Mera son ensalzadas por
contraposición a las del Dr. Negrín y los dirigentes comunistas.
Igualmente, las Memorias “inglesas” de Casado (The last days of
Madrid, 1939) son destacadas como importante fuente documental, en
comparación con las posteriores Memorias del propio Casado una vez
vuelto a la España de Franco (publicadas en Pueblo entre 1967 y
1968, y compiladas en 1977 en la obra Así cayó Madrid). Desde
estas premisas se inicia el debate sobre si hubo o no una provocación
comunista y/o negrinista que justificase el Golpe de Casado, debate
que el propio Español Bouché cerrará afirmando que con independencia
de que se tratara de “una provocación o de un conjunto de medidas
para detener el previsible golpe de Casado y Miaja del que Negrín
tenía ya referencias” fueron los últimos nombramientos de
comunistas por parte de Negrín los que “precipitaron el golpe”
(p. 151). Finalmente, Español Bouché concluye que el Consejo Nacional
de Defensa “no nació para derramar sangre sino para alcanzar la paz
aceptando el hecho de que la guerra estaba perdida” (p. 152).
El quinto y último capítulo “De la República dividida a
las divisiones del exilio” (pp. 153-192), prolonga el análisis del
final de la república con una presentación de los conflictos entre los
distintos grupos del primer exilio, que reproducen el conflicto final
de la propia República en territorio español. Se inicia el recorrido
con las reuniones de la Comisión Permanente del Parlamento republicano
en París en marzo de 1939, para solucionar la crisis institucional
iniciada con la dimisión de Azaña, valorar la legitimidad o no del
Gobierno Negrín (reconocido de facto el 1 de abril) y fiscalizar los
bienes del exilio para el apoyo a los refugiados. Este análisis se
hace resaltando los conflictos entre los distintos grupos
republicanos, especialmente tras el pacto Ribbentrop-Molotov en el
verano de 1939, que dio inicio a la II Guerra Mundial. Tras analizar
las consecuencias de estos acontecimientos en los distintos exilios
españoles, se analizan las distintas esperanzas de finalizar con el
régimen franquista, en torno a las negociaciones llevadas a cabo por
socialistas y monárquicos, hasta la definitiva confirmación de Franco
en el poder tras 1945.
Tras este análisis cronológico, se estudia brevemente el
funcionamiento de las dos instituciones del exilio español, el SERE (negrinista)
y la JARE (prietista), así como los conflictos que tuvieron entre sí
por el control de los recursos económicos del exilio. Aquí se hace
también mención de la actitud del exilio nacionalista vasco, definida
como “la traición del PNV a la República Española” (p. 189), que no
aporta nada a lo que es el tema central del libro. Así, el capítulo
termina con una conclusión en la que el autor afirma que “Los
distintos partidos republicanos estaban divididos ya antes de 1936,
siguieron divididos durante toda la guerra y permanecieron divididos
durante todo el exilio. Aquellas divisiones en el campo adverso
facilitaron significativamente la victoria de los nacionales y
garantizaron el poder de Franco.” (p. 192).
Continúa la obra con un apartado titulado “Anexo
documental” (pp. 193-228), en el que se presentan en extenso los
discursos de Casado, Besteiro, Mera y Miaja, así como los artículos de
ABC Republicano (adjudicados a Marías) en los que se basó el capítulo
4. Se añaden fragmentos del libro de memorias de Rafael Sánchez-Guerra
Mis prisiones, sobre las últimas horas de Besteiro en libertad.
Finaliza el apartado con la presentación de las tablas completas de
nombramientos y ceses de los últimos momentos del Gobierno Negrín en
febrero y marzo de 1936, presentadas antes de una forma parcial. Tras
este primer anexo continúa un breve artículo titulado “El mito
masónico y el final de la Guerra Civil” (pp. 229-242), en el que se
comentan algunas generalidades sobre esa temática. Se finaliza la obra
con un nuevo “Anexo” (pp. 242-250), con las transcripciones del
Discurso-programa de Franco (1 de octubre de 1936) y de los trece
puntos de Negrín (1 de mayo de 1938), al que siguen la “Bibliografía y
Testimonios” y las “Notas”, para finalizar con un mal llamado “Índice
de personas que se citan”, que es en realidad una relación alfabética
de las mismas, puesto que carece de la referencia a las páginas en las
que aparecen cada uno de los personajes.
Es indiscutible que, en su obra Madrid 1939, Luis
Español Bouché intenta, en sus propias palabras, “llegar a algo
interesante si partimos de la verdad y si nos interesa llegar a la
verdad” (p. 18) y hacerlo, más en concreto, sobre los hechos
acontecidos Del golpe de Casado al final de la Guerra Civil, en
el territorio español aún controlado por la República. Pero los
apriorismos del autor y, lo cual es aún peor, la falta de estructura y
criterio histórico en la presentación de los datos y hasta en el
propio discurso, impiden un objetivo de entrada imposible dado que en
la historia nunca ha habido, ni habrá, una única verdad (por mucho
empeño que se ponga en ello), sino un conjunto relativo de verdades,
perspectivas y posicionamientos, que merecerán más o menos
credibilidad según el “rigor” con el que se planteen los distintos
análisis, más allá de las subjetividades de sus autores. Porque al
igual que las opiniones del Sr. Español Bouché, son respetables todas
las demás que él presenta (y que él no respeta) en cuanto a opiniones,
pero si se quieren defender esas mismas afirmaciones como “tajantes
verdades” (que es lo que hace el autor envolviendo el discurso en
falsa modestia) el resultado es un texto que no resiste la crítica
realizada desde sus propios criterios. Con esto quiero decir que la
misma interpretación de los mismos hechos que nos presenta el Sr.
Español Bouché sería aceptable y legítima si se presentase con un
mayor rigor en el ejercicio de la crítica documental y, sobre todo, en
el desarrollo de la estructura general de la obra.
Una obra que no dejaría de ser más
aceptable si se presentase desde el principio como un panegírico del
Consejo Nacional de Defensa, pero que deja de serlo al proponerse a sí
misma como una aproximación a la verdad histórica. Porque lo más
criticable de Madrid 1939 no son en sí sus afirmaciones, ni su
intención de recuperar el ejemplo de coherencia que supusieron
actitudes como la de Besteiro o Marías; como tampoco lo son sus
críticas a la actitud del PCE y Negrín... A Luis Español Bouché le
pierden las formas, se resta credibilidad a sí mismo al proponer un
modelo de análisis y una actitud rigorista que él mismo no aplica en
su obra. Y es una pena, porque las buenas intenciones del autor son
evidentes y su vocación de recuperar la memoria histórica de aquellos
momentos tan dramáticos, es bien loable.
Carlos E. HERNÁNDEZ