Los documentos de Eulogio Limia
Pérez y la guerrilla
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PRESENTACIÓN
Jorge MARCO -
Universidad Complutense de Madrid
A partir
de 1951, el Teniente Coronel de la Guardia Civil Eulogio Limia
Pérez, jefe de la 136ª Comandancia, comenzó a redactar varios
informes y reseñas que con el paso del tiempo han constituido el
conjunto documental más frecuentado dentro de la historiografía
española sobre la resistencia armada en la posguerra. Los motivos de
este hecho no atienden exclusivamente a las características
endógenas de la documentación, que por otra parte son más que
relevantes, sino que nos obligan a hacer referencia a ciertas
circunstancias que terminaron por situarla en el centro de la
investigación histórica sobre el fenómeno guerrillero.
Si bien
siempre se hace referencia a la necesidad de aplicar un análisis
crítico del documento (fiabilidad y adecuación de las fuentes), no
debemos olvidar la existencia de otros factores –exógenos- que
condicionan el interés y el uso de un documento en el ámbito de la
historiografía. El hecho de que el conjunto documental de Eulogio
Limia Pérez perteneciera a los fondos del archivo del PCE (aspecto
del cual se desconocen los motivos), y por lo tanto, que tuvieran un
fácil acceso para los investigadores -en un contexto de opacidad en
torno a los fondos documentales de las instituciones represivas de
la dictadura franquista-, provocó que sus informes y reseñas, en la
década de los ochenta, se convirtieran en una referencia ineludible
para cualquier investigador interesado en la resistencia armada en
la posguerra.
Pero el
papel central de los documentos de Eulogio Limia durante más de dos
décadas no se debió en exclusiva al problema de la accesibilidad. En
este punto queremos reflexionar sobre un asunto vital; el papel del
historiador en la configuración del valor (añadido) de un documento,
más allá de las características del mismo. Para ello será necesario
que hagamos referencia a los orígenes de la historiografía sobre la
resistencia armada, en la década de los setenta, y a la dialéctica
desarrollada entre la literatura cortesana (historia oficial) y
literatura hagiográfica (historia del exilio).
La primera
referencia a los documentos de Eulogio Limia Pérez aparece en el
libro de Andrés Sorel, Búsqueda, reconstrucción e historia de la
guerrilla española del siglo XX a través de sus documentos, relatos
y protagonistas, publicado en el exilio en 1970, por encargo del
PCE. La referencia del subtítulo (a través de sus documentos,
relatos y protagonistas) no es banal, pues el centro de
legitimidad para el análisis histórico se sitúa en la fuente
documental. Andrés Sorel contaba con la documentación del archivo
del PCE en el exilio, es decir, documentación propia de las
Agrupaciones guerrilleras, y lo que era más relevante, informes y
reseñas internas de la Jefatura de la Guardia Civil, firmadas por
Eulogio Limia Pérez.
Este hecho
provocó una agria controversia en torno a la originalidad de la
documentación y a una pugna sobre la posesión de la documentación
necesaria para escribir la historia definitiva de la
guerrilla en España. La primera respuesta se efectuó desde el órgano
de comunicación del Centro de Estudios Históricos de la Guardia
Civil, la Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, en un
artículo firmado por Ruíz Ayucar, en 1972. “Comprendemos
las disculpas y lamentaciones (en referencia al libro de Andrés
Sorel) de escritores libelistas del Partido, muy quejosos de la
falta de fuentes acerca del bandolerismo que estamos historiando. Su
alegato está más que justificado. Dichas fuentes están en nuestro
poder”.
El libro
de Andrés Sorel no sólo levanto esta polémica sino que, junto al
libro publicado en 1971 por Alberto E. Fernández, provocó el cambio
estratégico de los historiadores oficiales, pasando del inicial y
prolongado silencio historiográfico (1939-1969) –salvando el caso
excepcional del libro de Tomás Cossias-
a la urgencia por publicar una obra consolidad por su volumen
documental. Con esta misión, el director del Centro de Estudios
Históricos de la Guardia Civil, del Archivo, y antaño, antiguo
combatiente en las filas de la Guardia Civil de la guerrilla en
Andalucía, Francisco Aguado, publicó en 1975 y 1976 su testamento
definitivo: El maquis en España, su historia, y El maquis
en sus documentos. De nuevo, es la fuente documental presentada
como eje legitimador de la ciencia histórica. Ricardo de la Cierva,
en la introducción del primer volumen, establece que “es
un libro sin apelación; porque los documentos, los testimonios,
afloran a cada página, casi a cada línea”.
Fernando Rivas, en la introducción del
segundo volumen, una recopilación entre los ocho mil (8.000)
documentos consultados,
continua la argumentación:
“Todos
los documentos, excepto no mas de una docena, proceden de fuentes
primarias e inéditos en la bibliografía o la prensa (…)
este es,
en suma, un libro que estaba esperando la Historia, una obra
fundamental y básica, cuyo principal valor, junto a <El maquis en
España> (su historia) será el de servir de muro granítico contra
falsedades y tergiversaciones que es posible asomen en el campo
bibliográfico –ya se presiente la avalancha- para oscurecer y
maltratar, una vez mas, la realidad histórica española”.
Los documentos de
Eulogio Limia se convirtieron, más allá de los debates sobre su
existencia real –resuelta con el regreso del archivo del PCE a
España después de la muerte del dictador- en el instrumento de las
controversias en torno a la legitimidad y la función del documento
en la ciencia histórica.
La lenta
pero sostenida apertura de los archivos militares y de otras
instituciones, junto a la llegada de una nueva generación de
historiadores -en la década de los ochenta- con una perspectiva
fuera de los marcos de confrontación ideológica, no relegó la
documentación de Eulogio Limia Pérez a un ámbito periférico, dada su
calidad intrínseca, pero si la desplazó de una centralidad ficticia
que había sido condicionada por factores exógenos a su propia
condición.
Hoy,
resuelto –aunque todavía con destacadas y preocupantes excepciones-
el problema del acceso a los documentos y la cuestión de la
legitimidad, la historiografía sobre la resistencia armada en la
posguerra no ha conseguido superar el debate en torno a la función
del documento en la ciencia histórica. Obsesionada en la búsqueda de
nueva documentación, ha olvidado una máxima fundamental, la
investigación histórica no depende de la aparición de nuevas fuentes
de información, sino de nuevos enfoques interpretativos, de
“explicaciones cada vez más refinadas”.
Es en esta
línea donde los documentos de Eulogio Limia Pérez pueden recuperar,
ahora sí por cuestiones endógenas, la centralidad que merecen
después de haber aplicado unos criterios de análisis en razón de la
adecuación de sus documentos en función de las primeras hipótesis
planteadas en una investigación. En concreto, dentro del conjunto de
reseñas e informes destacan cuatro por la profusión y riqueza de
información que permite analizar distintas variables del fenómeno
guerrillero: a) Reseña General del problema del bandolerismo en
España después de la Guerra de Liberación, 1957, b) Informe General
del proceso seguido por el problema del bandolerismo en la provincia
de Granada, 1952, c) Resumen del problema del bandolerismo en la
provincia de Granada, 1951 (al cual pertenecen las cinco fotografías
seleccionadas para esta presentación).
En ellas
encontramos breves resúmenes cronológicos, pero lo que es más
importante, listados de los miembros de la guerrilla donde
encontramos relaciones sobre los grupos dispersos, fecha de ingreso,
tipos de baja, parentesco, etc. El historiador, al enfrentarse a
cualquier ámbito de estudio, debe ser consciente de que es la
búsqueda de nuevos enfoques y modelos de interpretación las que
permiten dar saltos cualitativos en el ámbito historiográfico. Ahí
están los documentos de Eulogio Limia Pérez esperando que los
historiadores les sitúen de nuevo en el centro –no exclusivo, por
supuesto- de la investigación, atendiendo, en este retorno, al
carácter exclusivo de su potencialidad.
COSSIAS, Tomás, La lucha contra el maquis en España,
Madrid, Editora Nacional, 1956.
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